Leona de Arco

Dandayamana-Dhanurasana, el arco.  Es esa es una de mis posturas favoritas.
De yoga, claro. 

No, no... olvidaros de marranerías: hoy estoy muy zen.  Cuando vuelvo de "carnavales" siempre me ocurre: me pongo muy zen, muy introspectiva, muy mirando para adentro... No es que me ponga bizca, es más bien que me sobrecojo, como si tuviera algo que esconder... Será por la educación católica untada en las meriendas de mi infancia? Es como si me sintiera fatal por haber fornicado. FORNICAR. Qué palabra más indigesta! Me suena a cirugía dental o a instrumento de tortura! "Páseme un perno enfermera Higgins que le vamos a fornicar la muela catorce a esta muchacha!" o "Quiere decir Torquemada que deberíamos seguir fornicando a esta pobre desgraciada? Si ya le salen los higadillos por las orejas!". 

"Me siento extraña", como la Dúrcal,  por haber fornicado con una mujer.   Y encima banquera! Terror! He traicionado a la iglesia, a la derecha y a la izquierda al mismo tiempo! Muerte a la Leona, que la quemen en la hoguera! 

A veces hay sentimientos que te inmovilizan y la culpa es el peor de ellos. Por eso el yoga es tan mágico y tan curativo. Con el arco de pie adopto una forma estática  que me ayuda a potenciar la paciencia, la determinación y la concentración. No hay culpa, no hay jucio. Tan sólo yo apuntando al horizonte. Y a la hoguera con todas esas chuminadas de la fornicación! 

Me agarro la patita... estiro el brazote... y un arco bien hermosote!

Feliz Martes Cachorros, Namaste!

Kisses & Zarpazos,

Leona