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viernes, 19 de abril de 2013

Desde Parma con jamón III (fin del misterio)

... Lions Club?

Era allí donde se serviría el León a los cuatro quesos? Había sido invitada por una organización secreta de reyes de la sabana caníbales? Bueno Leona, "secreta-secreta"... tienen un cartel en la puerta, so mendruga! No sabía como tomarme aquella pista pero ya había llegado demasiado lejos como para echarme atrás. Tenía que subir,  encontrarme con Davis y apechugar con mi destino. Y mira: si todo resultaba ser un dantesco complot  de una chalada del meetic... ya me reiría un rato y luego le daría un buen guantazo.

Abrí el porticón y una entrada de exquista decoración renacentista me dio la bienvenida: aquello edulcoró mi funesta paranoia. Estaba a punto de cometerse un crimen, pero al menos sería en un marco de buen gusto. Tras subir una escalinata me decidí por llamar con un clásico "knock, knock" (sin el "Penny").  Al momento escuché  un "ARRIVOOOOO" que me dejó el tímpano hecho puré. Luego alguien abrió la puerta: no era Hanibal, no era Jack El Destripador, ni una rubia de morritos suculentos. Aquella era Davis? Antes de que pudiera abrir la boca ya me la había imaginado desnuda y blandiendo un consolador a lo caballero Jedi... y entonces me sentí a una arritmia de mi propio funeral.

- Buon pomeriggio: in cosa posso esserle utile, signorina? -  Digamos, para resumir, que Davis era una momia en miniatura. La Titi de Nefertiti rescatada del sarcófago y vestida de Minnie Mouse. Aquella signora,  que parecía la guardiana de la Necrópolis, seguía sonriendo tras una dentadura impoluta que le venía tres tallas más grande. "Tiqui-tiqui-tiqui"- y tras su castañeo se me escaparon tres gotitas de pipi.

- Buon pomodoro... - balbuceé - Davis?

- Avanti, avanti! - la momia-pocket parecía exaltada, me agarró con su manita de huesecillos de pollo. Qué fuerza tenía la jodía! Se relamía como una posesa y yo, en estado de shock, era incapaz de mostrar resistencia
.
-No, no, no.. questo é un errore...! Non sono lesbici!

- Dai, dai!- yo no sé de donde sacaba la energía aquel pokemon faraónico,  pero me arrastró por el pasillo de la casa como si fuera una muñeca de trapo. No quería pensar, no quería imaginar lo fácil que le resultaría atarme a la pata de la cama, debido a mi flojera catatónica! Aquello era peor que ser pasto de los caníbales! Super Mario Bross: donde estáis cuando os necesito!

El salón del Lions Club: no era una, era una treintena de momias que me esperaban para el aperitivo y poniéndose ciegos de Spritz.
Davis me soltó y me dió una palmadita en el trasero. Ok, Leona- me dije- Aquí tienes tu cita:  una orgía rollo "Eyes wide shut" pero en versión "Castillo del Jubilado parmiginano". Al toro, nena.

Y entonces, cuando ya estaba a punto de desnudarme y ofrecerme en sacrificio,  la signora Davis me señaló a alguien que conversaba con otras momias leoniles del lugar: "la biondina ti aspetta". Una chica rubia  se giró, apretó sus morritos,  se acercó y me tendió la mano:

-  Ciao Leona, qué bien que sei arrivata . Sono Sara - me volví a hacer pipí-  Davis77. Quieres un Spritz?

No era una momia, ni blandía un cuchillo de carnicero, ni parecía tener la espalda peluda. Era mi cita y tenía una pinta estupenda. El Lions Club resultó ser una organización mundial de ayuda a la comunidad. Ni caníbales, ni orgías de la inserso. Buen rollo 2.0.

Me apunté en la agenda que era de tremenda urgencia conseguir unos antipsicóticos de Planeta Pastilla a mi vuelta. Y luego le acepté la copa de Aperol a la rubia italiana... Mmmmmmm. Relax, Leona, relax.



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